El poder de la tecnología en la creación y consolidación de marcas
Exactamente hace un año escribía en una presentación para un cliente: “nadie sabía lo que era el metaverso el año pasado y hoy no paramos de leer noticias relacionadas con el metaverso”. Y es que, en la primavera de 2022, parecía que íbamos a estar todos tomando las uvas en el metaverso y, en realidad, en general, lo más cerca que estuvimos de él fue un nanosegundo.
Hoy podría escribir la misma frase, sustituyendo metaverso por “Inteligencia Artificial”. De hecho, cada vez es más habitual iniciar las reuniones de trabajo con un pantallazo con la opinión de Chat GPT sobre el tema a tratar de un chat de inteligencia artificial y podemos ver cómo los que hace un año eran expertos en metaverso, hoy lo son de IA.
En un mundo que consume de manera voraz, las tendencias tecnológicas no iban a ser menos. Siempre la última moda, siempre la última tendencia, y siempre más y mejor, y más nuevo e innovador. Aunque, sí, obviamente hay grandes avances tecnológicos que van a marcar a la humanidad en lo que algunos llaman la cuarta revolución o, lo que es lo mismo, la integración en todos los aspectos de la sociedad y la economía de tecnologías digitales. Por ejemplo, la IA, el IoT, la robótica o la biotecnología.
Pero ¿cómo afecta esto a las marcas? En varios niveles:
Adaptación a nuestras audiencias.
Esta revolución está transformando la forma en que trabajamos, interactuamos y vivimos, y está teniendo un impacto significativo en la economía global y la vida cotidiana. Esto hace que nuestro entorno y nuestras audiencias cambien. Por lo tanto, si queremos seguir siendo diferentes y relevantes, debemos actualizar nuestro posicionamiento y nuestra expresión para adaptarnos a esta nueva realidad, tanto en forma como en contenido. Y es que son las marcas las que tienen la obligación de acompañar a sus audiencias en este viaje. Porque, aunque la nueva realidad va a cambiar el mundo tal y como lo conocemos, ese cambio será gradual y progresivo.
Nuevos caminos para añadir valor
Una de las ventajas que tiene la tecnología es que nos facilita el acompañamiento en este viaje, permitiéndonos ser más efectivos y eficientes a la hora de comunicarnos con nuestras audiencias y creando experiencias mucho más personalizadas y emocionantes. Así, gracias a la IA o al aprendizaje automático, podemos personalizar los mensajes para que aporten contenido relevante adaptado a las necesidades y preferencias de cada persona, clave para atraer y retener al público objetivo.
Más allá de la pura operativa, tecnologías como la realidad virtual y aumentada están permitiendo a las marcas ofrecer experiencias más inmersivas, aumentando la conexión emocional con los usuarios y fomentando una mayor lealtad a la marca.
En este sentido, un punto importante es que el uso de las nuevas tecnologías no se restringe únicamente a la comunicación hacia el cliente. Es cierto que es una parte importante (y quizás la más visible), pero el impacto va más allá, tanto en términos de audiencias (empleados, proveedores, sociedad…) como en alcance a entornos y canales (web, tiendas, RRSS…), productos y servicios ofrecidos o comportamientos de los empleados. La tecnología es una herramienta que nos facilita una interacción más personal y relevante con todas nuestras audiencias.
El rol de la tecnología
Sin embargo, no podemos olvidar que, realmente, no es el momento de la tecnología, sino que es el momento de que haya algo detrás que gestione las ventajas que esta provee para aportar valor a las compañías. En este mar de nuevas herramientas tecnológicas, es necesario, hoy más que nunca, un faro que nos guíe a llegar a puerto.
Parafraseando aquel famoso lema “la tecnología sin control no sirve de nada” y tal y como hemos mencionado antes, las tecnologías deben ser un elemento que nos ayude a transmitir la esencia de nuestra marca de forma diferencial, relevante, personalizada y emocionante para todas nuestras audiencias, pero no pueden ser el fin en sí mismo. Porque si utilizamos la tecnología como un elemento efectista que no nos ayude a construir nuestra marca o si detrás de cada elemento de realidad aumentada o de publicidad programática no tenemos el hilo conductor de la marca, estaremos actuando sin tener un rumbo fijo y, por tanto, gastando recursos de manera irresponsable.
Esto no es algo nuevo. Ya en el pasado, hemos visto cómo ideas creativas se comían a la propia esencia sin que apoyaran a la construcción de la marca a largo plazo. ¿Recuerdas aquella campaña de “¡¡Un palo, un palooo!!”? Seguro que sí. Pero ¿recuerdas la marca a la que pertenecía? Estas piezas, excelentes desde el punto de vista creativo, no apoyaron a construir una marca.
Y es que nuestras audiencias no compran tecnología, sino que compran soluciones. Compran por la relación, compran por los beneficios emocionales que tienen con cada interacción. Y eso solo se consigue con una marca fuerte y trabajada de manera consistente en todos los puntos de contacto.
Efectivamente, la tecnología cambia nuestras vidas. Y, aunque es inevitable que surjan nuevos retos, antes de tomar una decisión precipitada (o arrepentirnos de ella), debemos ir a un paso por delante y tener un momento de introspección: ¿qué es mi marca y cuál es el cambio que aporta al mundo? Porque solo cuando conoces quién eres y qué puedes aportar al mundo puedes escoger las herramientas tecnológicas que permitan compartir tu propósito de manera vibrante e impactante.
Publicado por primera vez en [Marketingnews.es] (https://www.marketingnews.es/tecnologia/opinion/1177033054405/poder-de-tecnologia-creacion-y-consolidacion-de-marcas.1.html).
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